Estamos convencidos de que el conocimiento es un factor capaz de aumentar la riqueza económica, lo mismo que potenciar el capital humano con que cuenta una sociedad. La Innovación es parte de nuestro vocabulario, todo se puede mejorar.

Hay que entender primeramente, que no se requieren 50 años, para avanzar sustancialmente en este tema. En la medida que exista voluntad, recursos y personas dispuestas a correr riesgos y a atraverse, esto es posible siempre que las buenas políticas y la vigilancia regulen el entorno para desarrollarse.

Ya que como bien sabemos, los gobiernos en naciones emergentes, solo se preocupan por el dinero a corto plazo que pueda generar una inversión. No le dan seguimiento a buenas prácticas de desarrollo tecnológico, para que estas sigan fructificando la economía.

También es importante, corregir la valoración sobre las ideas grandes o pequeñas dentro de las PYMES, cuya particiación en el PIB ha decaído y en donde existe una oportunidad para frenar este comportamiento.

A todo esto, creemos que hace falta una cultura en Propiedad Industrial, trabajo conjunto y necesario para que el mundo empresarial, instancias gubernamentales, académicas, emprendedores, inventores y público en general; concuerden en esfuerzos comunes para el desarrollo de tecnologías en economías emergentes.

Buscando las causas y soluciones a este gran problema, conviene preguntarse, ¿qué se está haciendo desde la educación inicial?, en temas de creatividad, liderazgo, responsabilidad, consciencia, aptitudes para investigar, para innovar, para solucionar problemas.

Lamentablemente la educación escolar, está más enfocada en resultados a los procesos, que en potencializar las habilidades de los alumnos, a fin de que cada uno logre metas personales y emprenda nuevos retos.
Y por otro lado, están los medios de comunicación, con poca o nula participación ante esta necesidad de involucrar a la sociedad en el desarrollo tecnológico y por ende en el desarrollo económico de una localidad, por no decir del país mismo.

Al mismo tiempo, que se pretende limitar la libertad de exprensión y por ende la honestidad intelectual sobre cualquier tema, que es vital para los tiempos en los que vivimos, y más aún para los que sobrevendrán, darnos cuenta que el camino para ser más competitivos es la innovación. La capacidad creativa con la solucionamos problemas de alimentación, de movilidad, de comunicación, de enseñanza, de productividad, etc.

El diagnóstico es claro, el reto es no quedarse en las buenas intenciones o rimbonbantes dicursos y con proyectos pobres.

La gente constituye uno de nuestros valores más importantes, el quienes somos y cómo nos conformamos como organización a nivel global.

Por último recalcamos que nuestro compromiso es impulsar diariamente la cultura de propiedad intelectual, donde creemos fehacientemente, de que existe "Una puerta a nuevos negocios".